Guatemala es un país hermoso, lleno de privilegios dados por Dios; un país con un inmenso potencial y con gente muy valiosa. Pero a pesar de esto vemos que muchas personas sufren por la violencia que está suelta por allí. Es algo realmente triste.
Entonces vale hacernos la pregunta ¿cómo terminamos con esto?
Estoy plenamente convencido que si la situación de nuestro país no es la que deseamos, es únicamente por falta de Dios (no que Dios no esté en Guatemala, sino que más personas necesitan tener a Dios en su corazón y vivir para ÉL). Este fin de semana he tenido el invaluable privilegio de ver cómo cambia la vida de las personas gracias a Él y Su Poderoso Espíritu. Me impresiona realmente ver que una persona que antes robaba y hacía mal a los demás, ahora quiera dedicar su vida a JESÚS y vivir para ÉL. Es un cambio real, provocado por Dios. Esa persona es un delincuente menos y una buena persona más. No sólo se quita un mal en nuestro país, se suma un bien. Habrá ahora alguien más que quiera bendecir a otros y que quiera que Dios haga en sus vidas lo que Dios hizo con él.
De verdad, si queremos un cambio en nuestro país, el único que lo logrará es Dios. Como dije, estoy totalmente convencido de eso. No hay otra solución; la solución se llama Jesús. Muchos creerán que es fanatismo. Yo creo que cambiar uno la vida mala que llevaba por una en la que Dios es el centro de nuestra vida es lo mejor que podemos hacer y lo que Dios quiere. Y no digo "creo" como que es lo que pienso, sino como que tengo la certeza que así es.
Entonces, ¿cómo acabamos con la violencia? Es fácil (al menos en palabras)... sembrando la paz. Algo tan sencillo puede cambiar nuestro país y el mundo. Dios es un Dios de paz. Según la Biblia, Él nos da la paz que sobrepasa todo entendimiento. Cuando alguien recibe a Jesús en su corazón, hay un cambio, se quita lo malo y hay paz en su corazón; se siembra lo bueno. Como también dice la Biblia, no debemos vencer el mal con mal; el mal se vence con el bien. Al hablar y compartir de Dios con las demás personas puede llegar a sembrarse la Palabra de Dios en el corazón de alguien y el Espíritu Santo se pasaría a vivir a ese corazón y sacaría lo malo que pudo haber antes. Hay que "sembrar" a Dios en los corazones, si se puede decir así. Hay que darle de Dios a las demás personas para que todos lo tengamos.
Sembremos la paz en los demás y veremos un cambio. No hay que darle la espalda a la única solución: Jesús. ÉL es la solución. ¿Queremos un país sin violencia? hagamos que más personas tengan a Jesús en su corazón, y la violencia será reemplazada con paz, y con las ganas de hacer el bien por las demás personas.
Que Dios te bendiga!
jueves, 23 de abril de 2009
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