miércoles, 20 de noviembre de 2013

Caminando sobre las aguas... o no

Leyendo nuevamente el pasaje en el que Jesús camina sobre las aguas (que se encuentra en Mateo 14:22-32) vi algo de lo que no me había dado cuenta antes. Como pasa muchas veces cuando leemos la Biblia: podemos leer el mismo pasaje diez veces que vamos a encontrar algo nuevo siempre.

Resumidamente, en este relato Jesús se quedó despidiendo a la multitud después del milagro de los panes y los peces, y mientras tanto los discípulos se fueron en una barca hacia la otra ribera. Jesús caminó sobre el mar y cuando lo vieron se asustaron y pensaron que era un fantasma (como buenos cristianos). Luego de haberles dicho Jesús que era Él, Pedro le dijo "Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas", y Él le respondió "ven".

Lo que quiero hacer notar aquí es que Pedro le pidió a Jesús que diera una orden, un mandato, que consistía en que él caminara sobre las aguas como Jesús lo hacía. Como podemos ver, Jesús no le dijo que no, sino que, tal como se lo pidió, Él dio la orden. Lo interesante en el pasaje es lo siguiente, que dice: "y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendindo la mano, asió de él y le dijo:¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?". Entonces observamos que Jesús había dado la orden, sin embargo esa orden, poniéndolo en palabras sencillas, no tuvo efecto debido a la falta de fe de Pedro.

Cuando Pedro vio el viento tuvo miedo. Ese miedo le dio más poder (dentro de Pedro) al viento y a la situación que a la orden que ya Jesús había dado. Puede ser que Dios ya nos haya otorgado algo, que ya haya dado la orden para que lo recibamos y caminemos sobre las aguas, pero simplemente invalidamos lo que ya estamos viendo, haciendo o recibiendo (o estamos por recibir) debido a la falta de fe y la duda que puede ser tan grande como hacer que una orden que Dios dio no se cumpla. Ese es el poder de la fe, y ese es el poder de la duda.

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